Una aventura en donde se hace un repaso a la actualidad política y social de la España de la crisis, esa de la que ya hemos salido , o estamos saliendo, según te cuenten, y que ha levantado bastante polvareda.
Los aficionados a la serie saben de sobra que Francisco Ibañez está pendiente de cualquier tema de actualidad.
Hemos visto a Mortadelo y Filemón ir a olimpiadas, mundiales de futbol y de baloncesto desde 1980 aproximadamente, celebrar el aniversario del Quijote, el tratado de Maastricht y mil cosas más.
Esto es lo que ha permitido sobrevivir a estos personajes,siendo el último vestigio de la famosa escuela Bruguera y es evidente que a Ibañez, con todos los años que tiene, no le van a hacer cambiar.
Si repasamos las últimas aventuras de Mortadelo y Filemón vamos a encontrar títulos como "Jubilación.......a los noventa", " El tijeretazo" o "Rebeldía en la alcaldia", y cuidado, que no se han perdido las olimpiadas de Londres del 2012 o el Mundobasket del 2014.
Para celebrar este álbum número 200 tenemos una aventura dedicada a Luis Bárcenas, llamada "El Tesorero".
Este álbum ha tenido una tirada de 50.000 ejemplares, de los cuales 10.000 ya se han vendido y se ha encargado una reimpresión de 40.000 ejemplares más, con lo que estariamos ante una tirada de casi 100.000, algo inédito para los tiempos que corren.
El argumento :
El ministro del Peculio llega a la sede del Partido Papilar para disponer de unos milloncejos, para unos gastillos de nada, y se encuentra todo lleno de telarañas.
Parece ser que el tesorero se ha largado con todo el dinero a las islas "Seis Elles", a Suiza o a "Valdepirula del Arzobispo" y a partir de aquí se desarrolla la historia.
Este ministro, calvo y enano, se pone en contacto con la T.I.A y Mortadelo y Filemón se disponen a perseguir al tesorero, el cual va con el dedo índice permamentemente levantado y o bien encuentran el dinero o bien papeles que le involucren.
Políticos, altos digtanarios del estado, banqueros retratados con cara de cerdo... nadie se salva en esta obra de Ibañez, tan real como la vida misma.
Estamos ante un cómic completamente imprescindible.
José Ramón Álvarez García
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