Segundo número de la nueva etapa de los 4 Fantásticos de Fraction y Bagley, el cual me sigue recordando a los números de John Byrne en donde el grupo viajaba por la zona negativa.
En este ejemplar tenemos dos historias.
La primera, el grupo aterriza en un planeta nuevo, el cual resulta ser una especie de planea cebo que usa otro planeta más grande para tragarse todo lo que aterriza allí.
Es un buen cómic, con su dosis de dinamismo en el cual se nos presenta una situación muy angustiosa la cual acaba resolviendo La Cosa a base de mamporros.
Ojo por que con La Cosa pasa algo, ya se deja intuir.
El guionista va dejando ligeras pistas en cada cómic y esto al lector pienso que es algo que siempre le ha gustado, da sensación de que la historia está bien construida.
La segunda historia, la más interesante de todas las que hemos visto hasta ahora, en mi opinión, nos presenta a los habitantes del planeta Alieth, un grupo de alienigénas amistoso, los cuales entablan un contacto pacífico con los 4 Fantásticos, pero por otro lado dan una sensación inquietante puesto que tratan a la Mujer Invisible como si fuera una diosa.
El motivo es que en unas cuevas hay unas pinturas, rollo cuevas de Altamira, en donde se ven a los 4 Fantásticos... y si te fijas bien en los gestos de Reed Richards, parece que sabe algo que se calla.
Por otro lado en un momento de la historia da la sensación de que para Susan Richards va a caer en la tentación de ser una diosa de verdad.
Intercalando esta historia hay unos flashbacks en donde vemos como se conoce la parejita, una versión nueva, dicho sea de paso.
Para echar más leña al fuego, Franklin vuelve a tener visiones de las suyas.
Al final del capítulo Reed Richards va a confesar a su mujer varias cosas, a saber:
el motivo real del viaje y que esos dibujos los hizo él años atrás no sabemos muy bien con que motivo.
Como siempre, el listo de la clase manipulando al resto de la familia, la verdad, el Doctor Muerte siempre fue mi preferido.
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