Tenía ganas de leer algo de Paul Guillón, por eso de descubrir cosas nuevas y salirme de la monotonía de los superhéroes, que a veces viene muy bien.
Esta es una obra que da un poco que pensar, ya que estamos ante la historia de una mujer llamada Aude Abrespy la cual se encuentra que es la única persona viva en el mundo.
Pongamos que estas haciendo submarinismo , te quedas atrapado en una cueva, y al salir descubres que ha habido una especie de cataclismo nuclear y no queda nadie vivo, en apariencia.
Lo interesante del caso es que el autor nos presenta una sociedad en donde los robots sustituyen a la mano de obra,y claro, esto tiene sus ventajas y sus desventajas, aunque seguramente sea una metáfora y nos quiera hacer reflexionar hacia donde vamos, puede, que tampoco estoy muy seguro.
Si te quedas sólo en el mundo, y no hay nadie, lo normal es irte de tiendas, digo yo, pillarte ropa,comida y gasolina, si, por que la gasolina es vital en este tipo de situaciones, y si no que se lo digan a Mad Max o a los protagonistas de The Walking Dead.
El problema es que hay robots dependientes,robots policias, robots camareros y robots que se ofrecen a darte un baño con masaje y algo más, y aquí viene lo curioso de la historia,y es la relación que tiene la protagonista con un robot, el cual satisface sus deseos sexuales aunque ella no le soporta demasiado, le trata a palos, con la excusa de que es un robot y le llama sólo cuando le necesita.
Esto la verdad es que pasa muy a menudo entre las personas, pero bueno...
La soledad de la protagonista, la aparición de otro ser humano, un hombre, el olvido que esta hace del robot, la reacción asesina que este tiene y el como la somete a su control, son cosas que vamos a ir viendo.
Es una historia con un desarrollo muy coherente, atractiva, bien dibujada y que actualmente se puede conseguir a muy buen precio.
Recomendable.
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