Menos del 20% de los tebeos que consumen los españoles están producidos o realizados por autores nacionales, según un informe de la Asociación Cultural Tebeosfera (ACyT), que destaca la estabilización de la industria del cómic en España, con 2.453 novedades en 2013.
De estos títulos, el 40% proceden de Estados Unidos, y tras ellos se sitúan los cómics de Asia (más de un 15 %) y de otros países de Europa (cerca de un 13%), indica el análisis de ACyT, que subraya que los editores con más volumen de producción son los que traducen esos tebeos. Destaca el descenso del interés por el manga, que obtuvo uno de los porcentajes más bajos de la última década, apenas rebasando el 15% del total.
El formato de libro es el que predomina en el mercado, con 1.771 publicados (el 72,2%), seguido por los cuadernos de cómics (16,97%) y las revistas (5,25%).
La edición en castellano sigue siendo mayoritaria en el sector del cómic en España, ya que el 95,67% de los tebeos publicados aparecen en esta lengua, indica este estudio, que también refleja el descenso que se ha producido en la edición en otras lenguas cooficiales a partir de 2011.
Así, los tebeos editados en catalán en 2013 (67) fueron la mitad que en 2010, la mayoría de los cuales consistieron en ediciones en paralelo a los que se habían publicado anterior o simultáneamente en castellano.
En euskera se publicaron 14 cómics durante el pasado año, los mismos que en 2012, mientras que aumentaron los editados en gallego, al pasar de 13 a 20.
El tebeo infantil, dice el informe, mantuvo su buena salud en 2013, y los temas de aventuras siguieron a la cabeza de las preferencias de los lectores de cómics españoles, aunque el drama escaló posiciones respecto a años anteriores.
El informe pone también de manifiesto la proliferación de producciones experimentales de corta tirada lanzadas por pequeños sellos, de escasa difusión pero ricos en ideas. Además, la casi duplicación, con respecto a 2012, de la presencia en quioscos de publicaciones semanales, debido a reediciones facsimilares de colecciones como «Dumbo», «El Guerrero del Antifaz» o «Zipi y Zape», que apelan a la nostalgia del lector.
Extraído de la web de ACB el día 9 de Marzo.
Mi opinión al respecto:
Estamos en una crisis económica que dura más de la cuenta y el marco actual no es el idóneo para que la gente compre tebeos y mucho menos para que autores o editorores pongan dinero de sus bolsillos, que por cierto, las ayudas oficiales son inexistentes.
En España no hay una industria fuerte de tebeos desde los años 60, en donde el cuadernillo de aventuras fue derrotado ante la avalancha de los cómics procedentes de Estados Unidos, en su mayoría.
A día de hoy se venden, y se venden relativamente bien, reediciones de clásicos, y tenemos varios ejemplos:
Joyas Literarias Juveniles, Clásicos del Humor de RBA, un acierto enorme, Roberto Alcazar y Pedrín, El Guerrero del Antifaz o la más reciente de Hazañas Bélicas, pero fuera de este tipo de clásicos, quitando Mortadelo y Filemón y Superlópez, todo lo que ha sido historia del cómic nacional se ha ido a pique por que en su momento dejó de ser comercial.
Me llama la atención el detalle de que nunca se han exportado tebeos.
Los franceses tienen a Asterix, los belgas a Tintin, de Japón o Estados Unidos ni hablamos, Argentina tiene cosas muy buenas que han traspasado su frontera, pero aquí solamente se ha vendido fuera de España Mortadelo y Filemón y para de contar.
Juntando todo esto con que la gente joven tiene otros gustos y otras posibilidades de ocio, a día de hoy nuestros dibujantes lo tienen muy difícil y se marchan a trabajar fuera de España.
Eso no quita para que se editen cosas muy buenas, y me viene a la memoria Beowulf, de David Rubín o se hagan proyectos a través de internet de fácil difusión.
Ahora, si queremos reflotar esta industria yo me replantearia varias cosas:
1. Olvidarnos de los clásicos. No podemos estar toda la vida tirando de lo mismo y sacando versiones nuevas del Capitán Trueno o Jabato que al final no gustan a casi nadie por que no tienen nada que ver con la esencia de los personajes.
2. Pensar que a mucha gente no le gusta meterse en colecciones largas, con lo cual nos vamos al formato de novela gráfica.
3. Ayudas institucionales. El cómic es cultura.
4. Intentar vender lo nuestro fuera de España.
Esperemos que vengan tiempos mejores.
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